La vida, todos lo sabemos, es complicada. A veces mucho. Uno de los puntos de la educación que recibimos tanto en casa como en la escuela es que simplemente nos enseñan lo práctico, los conocimientos básicos (según la misma sociedad) para poder ser parte del mundo, de una fuerza laboral, etc.
El tema es que nadie (o casi nadie) nos enseña a manejar nuestras emociones y es ahí donde como personas que nos sentimos perdidas y sin rumbo no sabemos la forma de actuar. Recurrimos a amigos probablemente, a sustancias para tratar de llevar estos sentimientos, a lo esotérico, etc. lo que no es lo mejor. A la larga, esto no nos ayuda.
El estigma de ir al psicólogo es muy grande y muchas veces preferimos tomar los otros caminos para no aumentar nuestra carga emocional.
Nos encontramos tristes, enojados, sentirnos solos, tener miedo, ansiedad, preocupaciones, baja autoestima, tener discusiones de pareja, con nuestros hijos o problemas en el trabajo o estudios. A veces podemos saber la razón y otras veces, no tenemos idea del motivo.
Antes, podíamos solventar una situación, ahora, ya no es tan cierto; hay, además, miedo o simplemente estamos desbordados emocionalmente.
Seguramente habrás buscado en Internet y encontraste una lista que parece no terminar, cada publicación coloca un nuevo síntoma y te dedicas a ver si los cumples todos (o algunos). Aparece entonces la negación. Yo no estoy así, no tengo todo eso, etc.
La respuesta, afortunadamente, es un poco más sencilla que eso.
Los puntos importantes que te toca revisar son:
¿Qué tan intenso es lo que vives todos los días?. ¿Puedo manejar esto? ¿qué tanto puedo hacerlo? o definitivamente es tanto que ya no sé qué hacer.
¿Qué tan frecuente te encuentras en esta situación? Diario, semanalmente (¿hay algo que dispara esto?) ¿más esporádico? (igual, ¿logras identificar si hay algo que dispara esta situación?)
La más relevante para este tema es ¿cómo vives tu vida con esto?, ¿hay consecuencias de esto? Con tu familia, relaciones, trabajo, gente en general.
Muchas veces se dice que mientras seas funcional, no requieres terapia y eso depende de cada persona, lo que para ti es funcional para otra persona no necesariamente lo será.
Considero que estos tres puntos te pueden ayudar a definir si necesitas o no. La intensidad, frecuencia y consecuencias personales solo las conoces tú y solo tú puedes decidir esto.
Claro está que siempre tratamos de obviar situaciones, de darle la razón a otros y sentirnos menos, entre otras cosas. Con mis consultantes siempre hablamos de facturas, hacer algo tiene un costo (no necesariamente monetario), dejarlo de hacer tiene otro. Entonces, cada uno decide cuál es el costo que quiere pagar por algo.
Lo que sí es algo muy real, las facturas que pagamos tarde, vienen con intereses.
¿Qué opinas?,
Comunícate.
___
Si quieres comentar, puedes usar la liga más abajo a la derecha.
Si quieres concertar una cita para hablar, usa esta liga